Un día estaba teniendo una conversación muy agradable con mi amigo, K.B., y de repente miró su reloj de pulsera y pensé oh, está apurado. Así que le dije: «K.B., ¿tienes algún otro lugar a donde ir?» Él dijo: «¡No, no! Sólo estaba mirando mi reloj. No quise decir nada con eso.» Pero más tarde pensé, cómo las pequeñas desviaciones de atención tienen un gran impacto. Y entonces empecé a considerar cuántos hábitos de falta de atención he desarrollado con el tiempo.
Unos meses después, estaba en una conferencia y estaba sentado solo, recopilando mis pensamientos, teniendo un poco de paz, cuando llegó un colega, se acercó con mucho entusiasmo, queriendo contarme todos sus logros de la conferencia. Realmente yo no estaba de humor, pero entonces recordé el poder de la atención y sus consecuencias. Así que, en lugar de darle sólo la mitad de la atención, decidí probarlo y girar mi silla y mirarlo directamente, para darle toda mi atención.
¡Qué efecto! Estaba notablemente contento y sorprendido y dijo: «¡Estoy muy agradecido!» ¿Y pensé, por qué estaba agradecido? Era sólo mi atención! Tenía algunas cosas buenas que decirme, pero mi impresión duradera fue que esta persona se convirtió en mi amigo y sigue siendo así sólo porque le había prestado toda mi atención. Los efectos de prestarle toda la atención a alguien son mensurables y asombrosos.
¿La lección? Las personas responden a la calidad de la atención que les prestamos. La atención a medias dice: «Realmente no me importas». La atención intencionada e indivisible dice: «Me importas mucho». La calidad de la atención que prestamos a las personas es tan importante como lo es el sol para las plantas.
Como seres conscientes, tenemos una opción sobre dónde y a quién le damos nuestra atención. Considerando esto, es razonable decir que el regalo más grande, o el ÚNICO regalo que tenemos para ofrecer a los demás es nuestra atención. Ya sea un amigo, un compañero de trabajo, un cónyuge, un hijo o cualquier otra persona, la calidad de la atención que estamos dispuestos a invertir en ellos determina la salud general de nuestra relación.
Experimente con darle a alguien su atención completa, exclusiva y vea qué sucede. El efecto te sorprenderá. Para mejorar la calidad de sus relaciones, mire la calidad de la atención que les está prestando. Es una de las cosas más simples del mundo, pero es el único ingrediente que hace posible las relaciones saludables.
¿Alguna vez ha experimentado con la atención? Me encantaría escuchar tu historia. Por favor, envíeme una nota con sus logros o si tiene alguna pregunta o comentario. Me gustaría mucho oír de usted.
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